Luce la feria, pero en el barrio Martínez Montañés sin luz desde febrero
A día de hoy la situación se mantiene y tanto AVRA (la Junta), como Endesa parecen tender a abstenerse.
Desde el día 26 de febrero de 2022 en que ardieron dos de los tres transformadores propiedad de ENDESA (operadora del servicio de distribución) situados en la barriada sevillana de Martínez Montañés, conocida como “Las Vegas”, que dan servicio eléctrico a 256 viviendas desde el transformador nº 1 y a 304 viviendas desde el nº 3, carecen dichas viviendas de corriente eléctrica.
Además, las viviendas de los pisos altos de los bloques también carecen de suministro de agua puesto que carecen de potencia elevadora al no disponer de energía eléctrica para ello. Es de notar que el fin de semana de 26 de marzo se averió de la misma forma el transformador nº 1 que dejó sin luz a numerosos bloques, pero que fue inmediatamente comenzado a reparar por ENDESA ya que da servicio al cercano parque que bomberos, en clara muestra de discriminación con los otros transformadores.
Se trata de la zona más deprimida del Polígono Sur de Sevilla. Los bloques de viviendas afectados están situados en las calles Eneida, Utopia, Edipo Rey y Novelas ejemplares. Las viviendas a que nos referimos están inscritas en los Registros de la Propiedad de Sevilla a nombre de la Administración Autonómica Andaluza, en concreto de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (en adelante, AVRA), en su inmensa mayoría. Lo descrito guarda relación con el funcionamiento del sistema de distribución y también con el impacto, que deseamos resaltar desde el inicio, en el sistema de distribución de la extracción no autorizada de electricidad. La situación en la barriada afectada refleja problemas de más calado de privaciones económicas, laborales y culturales y, muy determinadamente de pobreza energética.
La ausencia de suministro eléctrico se producen en pleno invierno, No es posible conservar los alimentos. Inutiliza los mecanismos de camas articuladas de los numerosos impedidos que habitan en los bloques. Imposibilita la utilización de aparatos de ayuda a la respiración que funcionan con corriente electrica. Impiden hasta extremos insoportables el lavado de la ropa de cama y uso personal. Anulan el uso de calefactores y otros aparatos productores de calor ambiental.
A día de hoy la situación se mantiene y tanto AVRA, como ENDESA y demás autoridades gubernativas parecen tender a abstenerse, como si la situación no les afectara en sus competencias y en sus obligaciones sociales y políticamente.