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¿Que es Sumar?

El estatus de “partido político” se adquiere únicamente cuando podemos verificar una serie finita de circunstancias homologadas u homologables.

 

Iniciamos este soliloquio, porque de algún modo hay que iniciarlo, con una pregunta que podría definir el espacio intelectual de referencia en el que nos movemos.

¿Qué es Sumar? El contenido y alcance del verbo sumar se nos antoja harto difícil de aplicar a una supuesta formación política. Y es que, no toda reunión de sujetos constituye necesariamente una unidad coherente. El estatus de “partido político” se adquiere únicamente cuando podemos verificar una serie finita de circunstancias homologadas u homologables comúnmente aceptadas, amén del cumplimiento de los requisitos imperativos establecidos por ley.

Si entendemos, de modo coloquial, a un partido político, asociación, confederación, conjunción, marea, o cualquier otro calificativo que se nos venga a la mente, como un conjunto de individuos más o menos artificiales o artificiosos, mantenidos de forma temporal fuera del circuito de actividades económicas, sometidos a una protección especial y expuestos, solo y exclusivamente a la mirada y aquiescencia de un reducido grupo de fieles en un espacio dispuesto al efecto, llegamos a la conclusión de que no merece la pena someterse , como ha sido mi caso, a 40 años de procesos selectivos, el paso por dos universidades, cientos de exámenes y multitud de entrevistas personales, test psicotécnicos, pruebas físicas, etc., para acceder a los más altos, y mejor remunerados puestos de las administraciones públicas.  Lo que realmente interesa y sale más rentable es colocarse, a ser posible desde preescolar, en las huestes de cualquier partido, partidito, asociación, conjunción o lo que sea para, con un poco de suerte, y una inmensa sobredosis de sumisión, ser catapultados a la mamandurria colectiva, independientemente de siglas,  convicciones o sensibilidades, el caso es pillar cacho. 

Uno de los pensadores que más tiempo ha dedicado a reflexionar sobre este asunto, en una de sus frases memorables llegó a decir   que «Es mejor permanecer callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente”. Recomendación esta que, sus múltiples asesores no han debido recordar a la promotora de esa operación aritmética que pretende reunir varias magnitudes en una sola y que, mientras ha permanecido en el “ni si ni no, sino todo lo contrario, o viceversa” sonriendo a diestro y siniestro, ha pasado desapercibida cuando no ignorada. Pero, en el momento en que el cuento de nunca jamás ha devenido en la presentación de una utópica fórmula mágica para sanar los males pasados, presentes y futuros, se le ha visto el plumero, y no habla para no contradecirse a sí misma y se aplica aquello de «No puedo decir que no estoy en desacuerdo contigo”. 

Y, probablemente, no ha caído en la cuenta o no ha sido convenientemente avisada, de que los diferentes componentes de su fórmula; ácidos unos, corrosivos otros, repelentes la mayoría, han mostrado sus verdaderas cualidades poniendo de manifiesto lo evidente para todos, excepto para esa masa informe e idiotizada que se escora a babor por barlovento, y es que, la mezcla de nitroglicerina y dióxido de silicio, por más que a su ideóloga  le hagamos un peinado trenzado semirrecogido y la untemos con rocadur  para paliar los efectos disruptivos que produce su apéndice nasal, no puede acabar más que en sonora y destructiva explosión.

Fea, lo que se dice fea, no es, solo difícil de mirar (me refiero a la situación). Que Dios nos coja confesados y que el dia D a la hora H estemos cerca de algún refugio antiaéreo. Viva España, Viva Andalucía, Viva el Betis. ¡Musho beti eh eh!