Si el PSOE quiere a España y se quiere a sí mismo, debe buscar la manera de eliminar a Sánchez como Presidente primero y como líder socialista después.

El Partido Popular que ha perdido en tres años ochocientos dieciocho mil votantes, ha venido a gobernar. Una torta como un pan.

El susanismo se ha convertido en una mera suplantación de lo que González proclamó en Suresnes: que había más socialistas fuera que dentro del PSOE.

Sería irresponsable por parte de las organizaciones de clase dejar que el fascismo avance como respuesta a las crisis de un capitalismo en descomposición.

A los malos les pasa eso: exceso de confianza. Desprecian tanto a sus víctimas que las creen imbéciles, incapaces, anuladas.

Un total de nueve actuaciones concretas contra la corrupción y por la regeneración democrática se comprometen a ejecutar PP y Ciudadanos.

El nuevo Gobierno debería, si alguien de la empresa condenada ha recurrido dicha sentencia, desistir de la misma restableciendo los derechos del denunciante.

¿La cabra? En la jerga popular andaluza se dice hace décadas que los socialistas hasta poniendo una cabra de cabeza del cartel sería capaz de sostenerse.

David Hidalgo, número 15 en la lista, jurará su cargo en los próximos días pero no formará parte del Grupo Socialista.

"Revolución feminista" que se consolidó y logró su mayor visibilidad el pasado 8 de marzo en la celebración del Día Internacional de la Mujer.

Paco Sánchez, uno de los primeros denunciantes de corrupción en Andalucia, narra en formato de auto-entrevista vivencias en su lucha durante una década.

El día 27, vísperas de los Inocentes, le colgarán a Susana Díaz y al PSOE el conocido muñequito en la espalda, dándole por fin, la más que merecida voleta.

El mensaje de Vox llega publicitado gratis por una izquierda cuya reacción exagerada les hace quedar, encima, como moderados. O como víctimas.

Porque ya no son fáciles de retraer cuando les llaman fachas. De tanto usar eso del facherío, ya les queda muy vintage oírlo.

Me temo que el presidente se confunde al creer que el Gobierno es el dueño de España. Así como que él, su jefe, puede hacer cesiones y concesiones.