Pedro Pitarch 407 posts 0 comments

Hasta que no se desenrede el nudo catalán, difícilmente podrá aclararse el lío nacional que, este sí, demanda nuevas elecciones legislativas.

Entramos en una Semana Santa sin pasos, pero, paradójicamente, al paso lento; como la música cofrade. Y mi Esperanza de Triana sigue confinada. Como hace un año. 

Primero, Iglesias hará sus aguas menores sobre el Gobierno, desde dentro. Y, tras su programada salida del Gobierno, lo hará desde fuera.

Una orgía de mociones inoportuna cuando la pandemia, rondando los 100.000 muertos, está impúdicamente mostrando sus elevados costes económicos y sociales.

Faltaron las armas empleadas en los 300 casos de asesinatos todavía no resueltos. ¿Dónde están esas armas? ¿A cuento de qué y por qué ahora tal carnavalada? 

Por qué Sánchez traga diariamente los sapos podemitas si, con presupuestos aprobados, podría, sin aquéllos, alargarse en el poder hasta finales de 2022.

El caso apestaba tanto que, incluso, provocó una pregunta parlamentaria sobre el tema, de 2 de junio de 2020, formulada por 5 diputados (GVOX)

No sería de extrañar que surgieran grupos organizados para combatir a los violentos con la violencia. Vaya, tomarse la justicia por su mano.

Que el PSOE se consolida como primer partido español. Que el PP se empequeñece bajo el liderazgo de Casado. Y que Vox se afianza hacia el liderazgo de la derecha española.

La decisión parece buena. Córdoba presenta excelentes cualidades para asentar el fenomenal “hub” logístico perseguido.